El 12 de septiembre se celebra el Día internacional de Acción contra la Migraña, la cual constituye el motivo de consulta más frecuente en Neurología.
La migraña es una enfermedad crónica caracterizada por una predisposición a desarrollar episodios de dolor de cabeza, habitualmente de una mitad de la cabeza, de una sien o detrás de un ojo, de características pulsátiles e intensos. En ocasiones acompañados de otros síntomas como pérdida de visión, adormecimiento de la mitad de la cara o de una extremidad, alteración del habla y menos frecuentemente debilidad de una extremidad. En este caso se denominan migrañas con aura (visual, sensitiva, afásica o motora). Suele presentarse con náuseas o vómitos, así como aumento de la sensibilidad a la luz y al ruido. Su frecuencia es variable, desde menos de una vez al mes hasta quince o más días al mes, diferenciando las migrañas entre episódicas y crónicas.
Existen una serie de factores potencialmente desencadenantes de la migraña que facilitan la aparición del dolor en personas predispuestas. Estos factores son, entre otros: cambios hormonales (como sucede en el ciclo menstrual), estrés, cambios en los patrones del sueño, consumo de alcohol, determinadas comidas, olores fuertes…
Se trata de una entidad frecuente, que afecta aproximadamente al 5-8% de varones y al 15-20% de las mujeres. Ello supone en España alrededor de cinco millones de pacientes y 300 mil en Galicia.
Esta enfermedad puede ocasionar algún grado de discapacidad en más del 80% de los pacientes por lo que la Organización Mundial de la Salud la ha incluido entre las veinte enfermedades más incapacitantes, siendo la séptima causa de incapacidad mundial y la segunda dentro de las patologías neurológicas, encabezada por los ictus. Todo ello repercute negativamente en la calidad de vida y en el plano socioeconómico debido a la pérdida de productividad en el trabajo, lo que supone una pérdida de 1.000 euros al año por paciente. Este coste supera los 5.000 euros si le sumamos los gastos indirectos.
A pesar de su elevad prevalencia y del impacto en la vida diaria, a día de hoy la migraña sigue siendo un trastorno poco reconocido y tratado.
El diagnóstico de la migraña es clínico, basándose en la entrevista con el paciente y en la exploración física. Ambas deben realizarse de forma estructurada. En algunos pacientes puede ser difícil porque puede coexistir con otro tipo de cefaleas como la cefalea tensional. Es por ello que debe ser realizado por un especialista en Neurología, si bien Atención Primaria es un pilar importante en la valoración inicial del paciente al ser la puerta de entrada al Sistema Sanitario.
Es fundamental un diagnóstico precoz que nos permita detectar a aquellos pacientes que necesitan tratamiento preventivo (cuando se tienen tres o más migrañas al mes) para evitar la progresión de migraña episódica a migraña crónica, con una mayor carga de enfermedad y una peor respuesta al tratamiento.
Hoy en día existen múltiples alternativas terapéuticas tanto para el tratamiento sintomático en el momento del dolor (triptanes, antiinflamatorios) como para el tratamiento preventivo a largo plazo, que busca evitar la aparición de las crisis de migraña.
Por otro lado, es de vital importancia evitar la automedicación dado que la administración de analgésicos que a priori pueden estar indicados para el dolor en otras patologías, en la migraña puede abocar al su cronificación y al desarrollo de una migraña con uso excesivo de medicación analgésica empeorando la respuesta al tratamiento tanto sintomático como preventivo.
Afortunadamente, en los últimos años se han desarrollado fármacos específicos para la migraña que nos permiten un tratamiento de una forma más dirigida, teniendo en cuenta la fisiopatología de la enfermedad. Estos tratamientos son la toxina botulínica, los anticuerpos contra el CGRP circulante o contra su receptor, los ditanes y los gepantes. Todos ellos vienen a ampliar el arsenal terapéutico con el objetivo de evitar la génesis del dolor y su cronificación, con la consecuente mejoría en la calidad de vida del paciente.